El solo hecho de escucharlo es hilarante y contradictorio, inclusive. El porno cristiano, la pornografía avalada por la iglesia de Cristo, que promueve “el enriquecimiento de las relaciones entre creyentes” de esa corriente religiosa por supuesto, es igual de alienante que el reguetón cristiano, el metal cristiano, el software cristiano, en fin, una cantidad de “material” que cumple con la estandarización cristiana y que sigue las tendencias comerciales del mercado sectorizado a un gran segmento: el nicho cristiano.
Su base de operaciones: Brazil, región de garotas y Yemanjá. Operaciones cristianas multimillonarias que mercadean a través de la aparente necesidad de la Fe con aceites, aguas, arenas, piedras, palos, telas, etc. Así ¿qué más venderles? ¿qué podría generar tal cantidad de ingresos más allá de la materia inorgánica bendecida por un pastor cristiano brasilero?
La industria de la pornografía audiovisual mueve $ 1.900 millones de euros al año (2012) entre internet, televisión, DVDs, salas X... ¿Quién no querría una tajada? En el mundo, el 33.4 % de los humanos son cristianos… fácil. Ahora, ¿cómo vender algo tan contradictorio? ¿Porno y Fe en Cristo? ¡Ah, la normatividad cristiana! Fácil. Sí se basara el lenguaje audiovisual pornográfico bajo las leyes cristianas del amor marital, la Fe y la moral cristiana, el cerebro de los creyentes no haría cortocircuito a la hora de consumirlo: alienación.
Disfrazar de Fe el consumo de porno es totalmente equivalente a disfrazar con Fe el consumo de hamburguesas.
La comercialización de las hamburguesas vegetarianas cerca de templos de peregrinaje en la India, es una idea brillantísima del emporio norteamericano de McDonald´s. Increíble… lo que pareciera el abastecimiento de comida vegetariana para los que tienen la necesidad de encontrar proteína vegetal en cualquier lugar del mundo, no es más que hacer uso de la Fe como puente entre creyentes de un estilo de vida sano y una multinacional claramente carnívora que ha proyectado un crecimiento del 100% en sus ventas "vegetarianas", solo en India.
Así que, el consumismo de la carne, bien sea a través de la pornografía o de comida rápida, no está siendo sustituida/integrada por la supresión de la “sensualidad” que implica, para algunos, el consumo de carne; pretende el enriquecimiento de pocos al usar como mercado la tendencia evolucionista de los sentidos a su plano más elevado.
La industrialización/comercialización de la no-carne parece ser la consigna. Realmente aquí la cuestión no se trata de rechazar tal industrialización (igual ya está en marcha) aquí el cuestionamiento, lo verdaderamente interesante, es que los estilos de vida sanos, los actos de Fe subsisten a pesar del constreñimiento consumista de los imperios mercantiles del sistema capitalista.
¿Comeré hamburguesa vegetariana en McDonald´s? No, prefiero ver porno cristiano, igual, tendré que hacer uso de mi imaginación…
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